Hijos de la Tierra
Cazadores de mamuts
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Ayla estaba en el interior de la tienda. Echó una mirada al sector que sería suyo mientras estuviera allí, tratando de hallar algo más para ordenar o cambiar de sitio, un movimiento más para retrasarse en dejar los confines del Campamento de la Espadaña.
Aquella entrevista le parecía una prueba de fuego; estaba segura de que todos querían interrogarla para juzgar si tenía derecho a estar incluida entre sus filas.
(Auel, 2019, pp. 618-643)